MUNDOS PARALELOS

La lluvia cae en forma apacible y acompasada, rebotando tempestuosamente sobre mi.
Lo espero. Miro el horizonte sabiendo que en cualquier momento llegará.
Lo espero tranquila. La lluvia cae en forma delicada y zigzagueante sobre el cuero de mi gabardina. Las gotas coloquean, se mimetizan.

Alzo la vista y ahí está él. Una amplia sonrisa se dibuja en mi cara; mis cándidos dientes fulguran. Él me mira; se detiene. Me observa con calma, me ausculta, me figura, me forma. Él también sonríe. Con paso firme y seguro se acerca. Ladea su cabeza; me guiñe un ojo; me extiende un beso. Camina con celeridad. Yo sólo lo contemplo. Me encanta su figura: frágil,contorneado, esbelto. Continúa sonriendo, me inquiere a los ojos, avista mis labios. Su boca en forma lenta, muy lenta se abre y me…

La lluvia aun continúa.
El viento mece las copas de los arbustos y las plantas pierden sus flores. Observo el cielo con grandes nubes plomas, grises y oscuras. El aire revolotea mi pelo. Está mojado y el frío no da tregua a mi cuerpo para que deje de temblar.

Alguien se acerca. Me saluda y yo le respondo. Sus ojos emiten un destello que le otorgan a sus facciones una dulzura particular.Me pide fósforos. Habla. No se que dice. Sus palabras se pierden. Se confunden con el eco de otras palabras. No logro comprender. Lo miro a sus ojos destellantes. Se silencia; me mira con asombro y se aleja.

Las gotas de lluvia están tibias. Lo sé.
Caen una a una sobre la palma de mi mano. La extendio sin miedo y miro detenidamente su danza. Cae una, se desliza; cae otra, se conserva; cae otra, se mezcla con otra gota de lluvia que al deslizarse refracta. Las gotas en la palma de mi mano se mezclan, se conglomeran, se amalgaman, se fusionan…como nuestros cuerpos.

Rodeas tu cuerpo en mi cuerpo. Tus dedos se deslizan delicadamente por las líneas de mi piel. Tus yemas toman posesión de mi dermis. Tomo tu cabeza. Tu gracioso pelo entre mis manos se encuentra. Forjo su perfume, admiro su brillantez.Me embriaga que me desees, me deleita ser tuya, me seduce que seas mío.

Desfallezco. La lluvia cae sobre mí.
Las gotas una a una se confunde con mi gabardina. Está tan impregnado de agua, que dejan ver los trazos y cicatrices de mi cuerpo. Languidezco. No siento la lluvia, ni el aire, ni el viento revoloteando mi cabello. Sólo el sabor del légamo.
Desfallezco…
languidezco…
sucumbo.